Los perros también sufren de estrés. Las caricias relajantes pueden ayudarles a aliviar tensiones, controlar la ansiedad y la hiperactividad, y brindarles una dosis de felicidad, un remedio fundamental. Con solo invertir 10 minutos al día, puedes regalarle a tu perro un momento de caricias relajantes.

Es fundamental recordar que, aunque los perros disfrutan del contacto físico con nosotros, la forma en que los acariciamos puede parecerles brusca, incluso cuando creemos que estamos siendo sutiles. Si tu objetivo es relajar a un perro, es recomendable evitar las palmadas, cosquillas o estrujones.

Aprender la mejor forma de acariciar a tu perro tiene beneficios tanto para relajarlo al final del día como para comenzar el día con buen ánimo. Si disfrutas de acariciar a tu perro, es beneficioso conocer las técnicas adecuadas para ayudar a relajarlo después de un largo día o para empezar el día con una actitud positiva.

Tanto por la noche antes de acostarse como por la mañana temprano, muchas personas eligen acariciar a sus perros. El resultado es el mismo: a los perros no les importa tanto el momento en que lo hagas, sino simplemente recibir caricias. Si decides hacerlo en varias ocasiones, verás cómo tu perro se relaja tanto como un practicante de yoga después de una sesión.

Para comenzar, busca una manta o toalla donde tu perro pueda colocarse cómodamente. Este paso es crucial, ya que la simple presencia de esta herramienta ayudará a que tu perro asocie que es el momento de los masajes.

Comienza acariciando a tu perro para que se relaje en general. Utiliza tus dedos y la palma de tu mano, manteniéndolos relajados pero firmes, para acariciar suavemente todo su cuerpo. Realiza movimientos lentos desde la cabeza hasta la cola, prestando toda tu atención y energía. Concéntrate en todas las capas, desde el pelo, pasando por la piel, los músculos y finalmente llegando a los huesos.

Detente en ciertas zonas y realiza movimientos circulares mientras acaricias a tu perro. Estas áreas incluyen las orejas, debajo de la barbilla, el cuello, las axilas y el pecho. Si puedes hacerlo mientras tu perro toma el sol después de un buen paseo, el efecto será más poderoso. Si lo haces en el parque, asegúrate de hacerlo después de jugar y pasear, de lo contrario, es probable que tu perro no le preste atención.

Sin embargo, la elección dependerá del perro y del tiempo que tengas disponible. Algunas personas prefieren hacerlo antes de salir de casa, mientras disfrutan de una taza de café por la mañana. Durante la noche, el perro ha estado durmiendo y, aunque está despierto, aún no ha sido estimulado. De esta manera, ayudamos al perro a aprender a relajarse incluso cuando no está cansado.

Calmar los nervios acariciando a tu perro

Si tu perro está experimentando nerviosismo debido a algo que ha sucedido, las caricias relajantes pueden ayudar a reducir el estrés y desviar su atención. En estos casos, nuestro objetivo es relajar su sistema nervioso a través del contacto físico. Coloca la palma de tu mano plana y suavemente sobre la cabeza o el cuello de tu perro. Esta vez, en lugar de enfocarnos en una zona específica, realiza movimientos largos y lentos a lo largo de su columna vertebral. Repite este proceso varias veces y, si observas que tu perro se siente cómodo con este tipo de contacto, puedes aumentar gradualmente la presión. Sin embargo, evita aplicar presión en la parte inferior de su espalda.

Para calmar a tu perro, es importante que mantengas una actitud relajada y neutral mientras realizas las caricias. Como último paso, coloca una mano en la base de la cabeza de tu perro y la otra en la zona de la pelvis. Estas dos áreas controlan las respuestas de relación del cuerpo y otras funciones vitales como la digestión, el sueño y la reparación de los tejidos. Al hacer esto, buscamos reactivar el flujo positivo de las acciones de la médula espinal y promover una sensación de bienestar en tu perro. Tómate unos minutos en esta posición para permitir que tu perro se relaje y disfrute de los beneficios de las caricias.

Relajando las patitas

Comienza estirando las patas de tu perro, ya que es una parte clave para su relajación. Recuerda que las patas soportan todo su peso y movimiento, por lo que tienden a acumular tensión y fatiga.

Antes de estirar cualquier zona, asegúrate de acariciar y frotar la zona de las nalgas y los muslos para calentarlos. Luego, agarra las patas de tu perro desde la parte posterior y mueve las articulaciones suavemente. Ve recorriendo cada centímetro de las patas, aplicando una ligera presión con toda tu mano y luego relajando. Recuerda mantener firmeza pero suavidad, ya que menos es más. Las patas de los perros son fuertes pero no invencibles.

Finalmente, sostén a tu perro por la cadera y eleva sus patas traseras. Esto ayudará a estirar y relajar su columna vertebral.

Prueba acariciar a tu perro siguiendo estas indicaciones para lograr su relajación, y no olvides contarnos los resultados. Si deseas aprender más técnicas, te invitamos a leer nuestro artículo sobre cómo masajear las orejas de tu perro.

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